Y por fin
llegó. Desde el año 2007 con 30 ligas en nuestras vitrinas, pero el miércoles eso
cambió, aterrizó la 31.
Segunda liga
consecutiva en la que llegábamos a la final, segunda liga consecutiva luchando en
el quinto partido, pero esta vez era diferente, esta vez poseíamos otro factor
a nuestro favor: El Palacio. Jamás se vio un ambiente similar en el caserío madridista,
ya dos horas antes del comienzo en los aledaños se respiraba ambiente de noche
grande, de noche épica. Por primera vez en mucho tiempo el pabellón se llenaba
a falta de media hora para el comienzo. Eran los primeros síntomas de lo que iba
a ocurrir durante el partido, el público animaba, jaleaba, gritaba, pitaba cada
posesión, llevando en volandas al equipo hacia el Olimpo que se viviría en el
minuto 40. El Palacio fue el sexto hombre durante todo el encuentro y así nos
lo hacían saber los jugadores en las redes sociales horas después de conseguir
el ansiado trofeo.
Respecto al
partido, los blancos comenzaban arrasando con un 10-0 de parcial inicial pero
el Barcelona jamás se rindió e igualaba el partido gracias al partidazo del
australiano Joe Ingles. En la segunda parte el Real Madrid tomaba ventaja
llegando a estar 14 puntos arriba gracias a la casta que le echa en la pista el
capitán Felipe Reyes, pero por el lado culé el veterano Jasikevicius se echó a
su equipo a la espalda para mantenerlo en el partido y llegar a tener alguna opción
al final del choque. El Madrid se llevó el partido por 8 puntos (79-71).
No podíamos escribir
este artículo sin dedicarle unas palabras a Felipe Reyes, MVP de la final de la
Liga Endesa, más que merecido. Este tío coge cualquier balón que rebota en la
canasta, da igual que le agarren, le sujeten o le empujen… Lucha todos, absolutamente
todos los balones. Parece sorprendente que todavía le lleguen algunas críticas
al capitán del equipo que es capaz de salvarlo cuando mas atascado está,
cogiendo rebotes en ataque y luchando en la pintura contra todo lo que se ponga
por delante. Esperamos y deseamos que al cordobés le queden unos cuantos años
de buen baloncesto y siga dando alegrías a todos los aficionados no solo
madridistas, si no al baloncesto en general.
Es difícil expresar
con palabras todo lo que sentimos el miércoles cuando sonó la bocina al final
de los 40 minutos, abrazos, lágrimas, gritos… Éramos campeones, campeones de
liga seis temporadas después. Era lo que deseábamos cuando comenzamos la
temporada allá por septiembre, después
del fatídico rebote de Lorbek en los cuartos de final de copa y la decepción de
la final de la Euroliga, aquí estaba la recompensa: el título de liga numero
31.
¡GRACIAS
CAMPEONES!
Un saludo.